Los nuevos tiempos se avecinan con la sutileza de un crepúsculo, y la firmeza de la muerte, como ejemplo de verdad. Lo que está por venir será implacable,  y sólo quedará en pie, aquello que por la fortaleza humana, esté sembrado en los principios; que será lo verdaderamente útil, para la adaptación a entornos de constantes desafíos. Esto no pretende ser una profecía, es una mirada reflexiva a los cambios que vivimos, y a los cambios que nos corresponderá vivir.

De donde viene el liderazgo

La historia está colmada de hombres  y mujeres líderes, que han cambiado el  mundo, estos parecen tener super-poderes, y han hecho que la vida del resto de los mortales sea distinta, y en muchos casos, sea mejor.  El  resto de la humanidad, gracias a los cambios que estos líderes impulsaron, se dedicó a endiosarlos, y llevarlos a lo más alto de un pedestal, para su eterna adoración.

Dada la necesidad de la humanidad de tener a quien seguir, y bajo  la cultura de ser creyente en el poder de los Dioses, surgieron muchos líderes Mesiánicos, aquellos, que sus discursos estaban tejidos con hilos de omnipotencia; que dibujan con carboncillos y temperas las ilusiones de sus seguidores; que mostraban sus “milagros” como actos de magia, al mejor estilo de  David Copperfield. Aprendimos a creer en ellos.

Se acerca el hoy, y tenemos líderes menos mesiánicos, menos fantasiosos, un poco  más reales, pero altamente mediáticos; conducen a la gente a través de escenarios montados en los medios; se manejan muy bien en el campo de la comunicación pública, sus discursos son adaptados a cada medio o, a cada grupo donde les corresponda hablar.

Quien esté más tiempo en los medios, sumará más gente a su cuenta (no necesariamente a su causa);  parece que ya no importan mucho los hechos, lo que tiene significado, es el número de seguidores que puede mostrar en su red. Nos dejamos deslumbrar por el brillo  de las luces, las cámaras y el destello de los Flashes. Dejamos de ver las ideas y los hechos.

Los líderes de los tiempos por venir  

El presente está mostrando una reconfiguración del prototipo de líderes, ya no se trata ni de líderes mesiánicos, ni mediáticos; se comienza a ver la necesidad de creer y seguir a seres humanos, capaces de dirigir acciones desde la acción, que aportan de manera sustancial a una mejor calidad de vida.

Se ven luces de una comprensión más sana del mundo en las personas; se nota la caída de dogmas sectarios, que secuestran la libertad de pensar;  se hace tangible,   que es preferible seguir a líderes, que atienden honestamente a su círculo cercano. El  líder que mayor influencia gana hoy, es aquel que le importa poco el volumen de seguidores, ellos se hacen cargo de edificar resultados,  con altos niveles de calidad e innovación.

Estamos ante el nuevo paradigma de líderes, que hacen más con menos, ellos saben que les toca: hacer más que decir.

Están tocando nuestros corazones buenos líderes, que tienen un claro  principio por lo humano, y lo hacen visible a través de ideas concretadas, alejándose del populismo, la demagogia y la charlatanería.

La consciencia colectiva dará una lección contundente, y mostrará, que es preferible aprender y seguir a quien verdaderamente da el ejemplo;  y se alejará de aquellos que sus intenciones y discursos, son una larga cadena de actos para, el egocentrismo.

El porvenir “impondrá” líderes con menos deseos de fama o show; y con más sentido de creación. Veremos (y necesitamos) muchos líderes, con iniciativas, con buenos resultados, para que la suma de muchos pocos, haga la gran diferencia.

El despertar de la gente viene, se dará inevitablemente, no hay  un tiempo definido, es un proceso que está gestándose, y sólo quienes estén preparados con un positivo propósito, lograran influir de tal manera, que su visión de ser útil  a una comunidad, se hará una realidad a través de un liderazgo coherente.

¿Usted quiere ver transformaciones en su entorno? Trabaje en el despertar de su consciencia, y  prepárese para ser un nuevo líder.

Amancio Ojeda Saavedra

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