En el dinámico universo empresarial de hoy, la pregunta persiste: ¿Dónde reside la esencia del liderazgo y el logro armónico de los resultados? Esta interrogante no solo invita a reflexionar, sino que también impulsa a explorar nuevas perspectivas que conduzcan a soluciones innovadoras y efectivas.
Si es verdad que donde hay buenos líderes hay buenos resultados, también es verdad que dejar claro lo que es “un buen líder” es complejo, por lo variopinto de las personalidades y por lo individual de cada organización; es por esto que hemos visto montones casos de buenos líderes en un sector empresarial que no funcionan en otras empresas del mismo sector, sin mencionar, la cantidad de equivocaciones que se han cometido cuando han emigrado de sector.
Quizás en la dificultad de definir una “receta del liderazgo exitoso” es que radica la necesidad de mostrar el modelo “Liderazgo Ecléctico”, con la única pretensión de que cada uno sea el mejor líder que pueda ser, basado en su esencia y no mirando espejos que parecen brillantes y son solo un espejismo en la búsqueda de querer dirigir mejor.
Lo medular del liderazgo y lo ecléctico
Para comprender la esencia del liderazgo y el eclecticismo, es primordial mirar más allá de las definiciones convencionales y adentrarse en un enfoque que integre la completitud y la adaptabilidad. El liderazgo, en su núcleo, se define por la capacidad de servir a otros, mientras que el eclecticismo implica la selección de herramientas y enfoques variados para abordar los desafíos.
Entonces el modelo «Liderazgo Ecléctico» se convierte en la convergencia de estos conceptos que reconoce la importancia de trabajar con los recursos disponibles y empoderar a los líderes para utilizar su autenticidad como motor de cambio. En lugar de enfocarse en las carencias, este modelo resalta las fortalezas y la libertad para la autenticidad como pilares fundamentales.
Uno de los principios fundamentales del modelo es la libertad para la autenticidad, que implica reconocer y aprovechar todo el potencial que reside en cada individuo y en cada situación. Al adoptar esta mentalidad, los líderes pueden transformar sus formas de dirigir y servir, dejando una huella de naturalidad y efectividad en su entorno.
Hay aspectos necesarios para desarrollar el liderazgo – ecléctico -, y aquí quiero presentar solo tres de ellos:
a) Integrando fortalezas y desafíos
En el viaje hacia el liderazgo, es decisivo integrar tanto las fortalezas individuales como los desafíos personales. Reconocer y potenciar las fortalezas permite a los líderes destacar y motivar a otros, mientras que abrazar los desafíos fomenta un crecimiento continuo y una mayor autoconciencia.
b) Las lecciones de liderazgo desde la experiencia
La experiencia compartida por líderes de diversas organizaciones revela lecciones valiosas para el desarrollo del liderazgo. “Acciones sobre palabras” y “Visión sobre poder” son dos pilares clave que distinguen a los líderes auténticos. Más allá de los discursos vacíos, la verdadera influencia se manifiesta a través de acciones concretas y una visión compartida que inspire y motive a otros.
c) La evolución necesaria
En el contexto actual, el liderazgo ha evolucionado hacia modelos más inclusivos y éticos. El liderazgo transformacional, situacional, ético y sostenible son enfoques se aproximan en su conjunto a las demandas de un mundo interconectado y cambiante. Estos modelos reconocen la importancia de la adaptabilidad, la inspiración y la responsabilidad social en la práctica del liderazgo efectivo. Creo que la suma de todos estos modelos y otros denotan la necesidad de un “Liderazgo Ecléctico”.
En última instancia, el liderazgo efectivo emerge de la integración armoniosa de nuestras fortalezas y desafíos personales. Es a través de este equilibrio dinámico que podemos desarrollar un liderazgo auténtico, arraigado en la acción, la visión compartida y la autoconciencia.
La Importancia de la formación en Liderazgo
En respuesta a estas realidades y los desafíos por venir, se hace urgente que todas las organizaciones, de cualquier clase y cualquier tamaño formen a sus líderes, no solo en herramientas técnicas o de liderazgo mismo; sino para elevar el nivel de consciencia personal y social, y que puedan mostrar más que una integridad simulada una singularidad en su estilo de liderazgo.
Formar líderes nunca será una mala inversión, todo lo contrario, es la mejor inversión que pueden hacer las organizaciones, ejemplos de esto que afirmo hay miles, desde el programa de liderazgo que desarrolló Jack Welch durante la mayor crisis de General Electric, hasta lo que hace de manera permanente Google desde hace más de 10 años con su Google Leadership Academy.
Puedes creer que la formación en liderazgo es un commodity, y esto ocurre si estás pensando que consiste en aprender solo técnicas de comunicación, dirección, tomar decisiones o trabajar en equipo, la verdad es que esto es solo la punta del iceberg, hay mucho más que hacer en el tema de formar un líder, hay más temas y más dimensiones. No te quedes en lo superficial, baja un poco más a las necesidades de las personas de la organización, de los clientes, del entorno, del mercado y del líder mismo.
Dejar la formación de los líderes en segundo o tercer plano, es dejar la organización a la deriva a la suerte de los tiempos, lo que sería un acto irresponsable.
¿Cómo te propones formar a los líderes de tu entorno?
Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda
amancio@humanoia.cl