Es muy sencillo engancharse y comenzar a seguir a
una persona; esto puede ocurrir con tan
sólo escuchar su discurso y la manera en
que dice ciertas cosas que son: “música para mis oídos”, una forma de mostrarlo
en lenguaje coloquial es: “Creerle a los
que tienen buena labia”.
Cuando se decide seguir al alguien y sus ideales, es necesario antes de escucharlo (y creerle), observar sus
referenciales de actuación. El
liderazgo se construye más que con palabras,
con hechos.
Las mayores decepciones
sobre los líderes en diferentes ámbitos, ya sea en lo social, institucional,
empresarial, religioso, político, etc. Se dan
cuando la gente percibe que
hay serías incongruencias entre lo que
el líder dice y lo que hace; dado que el
líder está siendo evaluado por su gente de manera constante.
Los seguidores en ocasiones
sienten que fueron engañados por sus líderes, pero es importante recordar que,
para que alguien engañe debe haber otro que se deje engañar. Así que la
decepción en un proceso de liderazgo no
es sólo responsabilidad del líder, también están en quienes le siguen.
Qué observar antes de
escuchar
Es
importante agudizar la mirada en algunos aspectos del líder (o quien se propone
como tal), antes de creerle de manera ciega,
los más resaltantes son:
1.-
La
persona tras el rol: Se cumple con diferentes Roles en la vida, y alguno de
ellos puede llevar a la persona a una posición de liderazgo; no importa cuando eso
ocurra, la verdad es que llegado
el momento la persona no podrá librarse de los otros roles que le son
propios e ineludibles. Recomiendo observar
si el desempeño de los diferentes roles de la
vida, tienen relación a los ideales que
propone, por ejemplo: Un líder que profesa la responsabilidad y la integridad
como valores de vida personal y
profesional; y sus hijos tienen meses que no saben de él. Es imposible creerle
y es necio seguirlo.
2.- Hechos
que Hablan: El liderazgo se basa en una relación de confianza, y una manera de
comenzar a confiar, es haciendo una revisión sobre los hechos pasados
que hablan de la persona; esa mirada al
pasado hay que hacerla con la conciencia del contexto en que ocurrieron, e
identificar que trascendencia produjo para el líder y para su
entorno. Un ejemplo es el siguiente: Un empresario de la construcción entregó
una obra con retardo, lo hizo en
medio de
una serie de falta de materiales en el mercado, luego de
mucho esfuerzo entregó la obra en los estándares que se comprometió,
siempre dio la cara, y habló con la
gente de manera sincera. Este hecho (a mi juicio) le da un voto de confianza al
Líder.
3.-
Competente: Al líder hay que observarlo en sus competencias de manera general y con la profundidad que posee en cada
competencia. Cuando se decide seguir a alguien se debe estar claro para que es
realmente competente el líder, y cuáles
son sus grandes habilidades; no se trata que el líder debe saberlo todo, pero
si se requiere de competencias técnicas y personales que le permitan
liderar un proceso con éxito. En muchas oportunidades seguimos a muy buenos técnicos que son terribles en sus
competencias gerenciales, de relaciones interpersonales e inteligencia
emocional, entre otras. Y viceversa.
Podemos
usar como ejemplo el caso siguiente: Un buen programador de
aplicaciones de informática, dada sus competencias técnicas, es ascendido
como líder de proyectos de envergadura, sin haber
desarrollado sus habilidades liderazgo y
gerencia. Esto puede resultar un total fracaso.
4.-
Los Dos Caminos: Es un
ejercicio necesario, hacer un recorrido
por “Los Dos Caminos”, estos son: El primero, es recorrer en la medida de lo
posible, todos los pasos que transitó el personaje para llegar a proponerse a
como líder; saber de dónde viene realmente, indagar más allá de la historia contada, escudriñar un poco en
los “Qué” y “Cómo” usados para ser la opción que propone ser.
El
Segundo, es el camino hacia el futuro, es decir la propuesta de visión a la que
invita a recorrer esta persona, preguntarnos: ¿Para dónde vamos con él o ella?
¿Existe claridad en lo que conseguiremos tanto en lo individual como en lo colectivo? ¿Cuál es el “paso a paso”
(el plan) que propone y que lo hace una opción deseable para mí?
Ejemplos
de esto sobran en el mundo político, si hubiésemos
revisado con detalle “Los Dos Caminos”
de muchos de los dirigentes, antes de
darle nuestra confianza; la historia de nuestra nación y nuestro continente sería otra.
5.-
A quien sigue el Líder: La mejora
continua es una necesidad para todos los seres humanos, y los líderes no escapan de ello. Se es mejor líder
cuando se es mejor seguidor, por tanto,
hay que ser muy cuidadoso en cuál
es la profundidad de pensamiento del líder, que aprendió y con quien, quienes fueron y son sus tutores,
maestros, escuelas de pensamiento, entre
otros. Los líderes deben mostrar siempre una necesidad de aprender, de crecer y cambiar, y así estimular a quienes le siguen
a andar por la senda de ser cada día mejor, para tener mejores resultados.
Como cierre de esta reflexión, ratifico que no
creo en Líderes perfectos, quizás
sí en líderes con conductas admirables y perfectibles; sobre todo, que existen
aquellos que sirven de inspiración para seguirlos desde el modelaje y la acción, estando claro que es cada persona quien decide darle la
confianza y con ello legitimar una persona como líder.
Amancio E. Ojeda Saavedra
amancio@alianzasdeaprendizaje.com
Twitter: @amanciojeda