Es parte de la cotidianidad, referirse sobre el liderazgo que se hace necesario en los tiempos que vivimos, cada quien, presenta según sus creencias lo que juzga es la solución, y de una u otra manera dibuja el perfil de quien podría “salvar el barco”, antes de que se termine de hundir. Algunos aun creen que la solución está en “fulano” y no en “nosotros”.
Los conceptos de liderazgo tradicionales parecen insuficientes; los nuevos modelos teóricos y algunas recetas para líderes, presentan un aviso de caducidad; Gurús y adivinadores de diferentes áreas, se desvanecieron en sus predicas. Las instituciones del estado, las empresas, los partidos políticos, las ciudades, e incluso los hogares, requieren de prácticas de liderazgo diferentes.
La visión y dirección de un líder siempre hace falta. Las crisis, los cambios, el caos y las necesidades, son un espacio para que surjan los líderes; y siempre, la pregunta a la que desembocan este tipo de condiciones es: ¿Qué tipo de líder necesitamos?
Querido lector, considerando el contexto donde hoy usted se encuentra: ¿Cuál sería su respuesta a la interrogante anterior?
Mi respuesta
Un líder ecléctico es una posibilidad cierta, ese que comienza los cambios en sí mismo; ese que es un buen y consecuente aprendiz. Este tipo de líderes conocen y confían en sus capacidades; ellos no creen que se las sepan todas, y por ello se apoyan en la sabiduría y competencias de quienes les acompañan.
Esta clase de dirigente hace con racional periodicidad un inventario, que le permite reconocer con que cuenta y de que adolece (en lo personal), para lograr su visión; esta lista de recursos estaría incompleta, si no incluyese en la descripción, las virtudes y falencias de quienes le acompañan; y un análisis consensuado del entorno donde se desenvuelve.
Por otra parte, elementos esenciales en el liderazgo como: visión, objetivos claros, y el “cómo” se conquista ese lugar al que invita el líder, entre otros; responden a un modelo de gestión; a una planificación estratégica; a un sistema que aplicado de manera correcta, generará los resultados previstos. Esta es la parte científica, cognitiva, medible, y gerencial de la gestión de un líder; que abre caminos, ahorra improvisaciones y dolores, y permite presentar de manera irrefutable, que se dirigen en la dirección correcta.
A lo anterior, más como consecuencia que como pauta, se le suma la innovación, esa capacidad de re-crear y poner al servicio de la gente nuevas y mejores cosas; que ayuden a cubrir las necesidades o, resolver los problemas de manera más sencilla, para generar un espiral ascendente en la mejora de la calidad de vida. Si un líder no está dispuesto a Innovar, estará poniendo en “jaque” el dinamismo y la evolución de los sistemas a los que se debe.
Un líder ecléctico es un ser que se ha formado, y tiene las competencias necesarias para lograr el cambio de conducta en las personas; un cambio de conducta provocado desde la ética, la libertad, y la posibilidad de ser cada día mejor ser, sin necesidad que se use la manipulación y el chantaje. Los líderes que acompañan a su gente a crecer, sin crear co-dependencia de ellos, están alcanzando el nivel superior del servicio, para lo que son llamados los líderes: Conducir a sus seguidores para que aprendan a ser personas libres, felices e inter-dependientes.
Todo líder que comienza con la transformación personal, y va mesclando a su manera una serie de fórmulas, que se sustenten en: lo artístico, científico, gerencial, humano, colectivo y espiritual; en equilibro con su ser, con quienes le siguen, y el entorno al que se debe, se convertirá en un líder (ecléctico) con mayores esperanzas de mejores resultados.
Si el camino es la transformación de eso que se vive y disgusta, le corresponde liderar de manera ecléctica, con principios de evolución justa. ¡Ponte en acción!
Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda
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