En días pasados fui hacer mi
trabajo de Coach, era la cuarta sesión, y estábamos
trabajando para lograr en esta persona, definir su propio estilo de
liderar, para mejorar los resultados de su equipo. ¡Sorpresa! Su
estado de confusión personal era tal, que su parálisis
la disimulaba con una perorata que ni
esa misma persona se lo creía.
En su estado de parálisis, no hacía otra cosa que buscar
excusas, buscar culpables de su
“tragedia”, acusar algunos miembros de su equipo de “sabotear” su gestión; nadie
como esta persona, podía de encontrar
casi de manera perfecta la relación
entre el caos social y el caos de su
gestión. Lo anterior era sólo una forma
de ver lo que sucedida, y desde allí no
había posibilidad de cambio.
A mi pregunta: ¿Qué pasa con un equipo cuando su Líder está tan confundido? El silencio
respondió. En la siguiente interrogante: ¿Qué relación tienen tus
objetivos personales y profesionales, con los objetivos de tu organización? El silencio, acompañado de una cara de terror dijeron presente. Con un quiebre de
tal magnitud, comenzó mi trabajo y su evolución.
Documento este caso, porque
esta persona con determinación se metió profundamente en su proceso personal y,
casi en forma paralela en el proceso de saber: ¿Qué estaba pasando con su
liderazgo, visto desde los miembros de
su equipo?
Como coach pocas veces he visto a un Líder avanzar tan rápidamente y, llevar a su
equipo a una mejor posición, luego de estar en un nivel de confusión tan espeluznante.
Conclusión: Líderes con claridad, equipos con luz.
Los líderes, antes de
definir su estilo personal de liderazgo, deben tener claro muchas cosas y, en ocasiones la primera que
deben hacer conscientes es: que en su laberinto de ideas y deseos, hay que detenerse para darle claridad
a sus objetivos individuales.
El desafío de ser líder,
debe hacer de la persona mejor persona y mejor dirigente; y juzgo que este es un camino que se va construyendo
de manera sistémica e indivisible; a los líderes les corresponde: descubrir,
aprender, crecer y hacer que otros crezcan.
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda