Desde que sirvo como coach, buscando reducir las expectativas que pueda tener un cliente, le digo entre broma y en serio: En el coaching no hacemos milagros. Y a partir de esa expresión ocurre un efecto, como pasa con todo lo que convertimos en lenguaje.
En días pasados, en una de las sesiones finales, un cliente me dijo: “Me engañaste, me dijiste que no hacías milagros y si concebiste uno, me hiciste ver aquello que estaba delante mí y yo no podía ver ni con los ojos bien abiertos…” ¡Wuaooo! Juro, y no me condeno, que ha sido la declaración de agradecimiento más valiosa que me han regalado desde que acompaño a mis clientes a través del coaching.
Sé que no hice un milagro, sé que todo ocurrió más por el compromiso consigo mismo, que lo que pude haber yo hecho; sé que solo fui un medio para que esta persona consiguiera nuevas posibilidades de acción y se comprometiera con ellas; sé que el coaching sirve para conectar a la gente con su esencia y pueda lograr objetivos que en un momento estaban en el imaginario.
El coach que soy, viene forjado del ser que vengo siendo; esto lo digo porque he aprendido en estos años que: no puedo ser útil a todas las personas que quieran sesiones de coaching conmigo. Por tanto alguien que sabe sus límites y entiende que no todo lo puede, goza de la claridad meridiana de saber que no puede hacer milagros, porque los milagros son para ese ser supremo, a quien nada le es imposible.
Afirmo que el coaching es una posibilidad maravillosa de servir, y hacer que el otro consiga su conexión, recursos, posibilidades y compromisos por las acciones, que lo impulsan a moverse de un lugar a otro mucho mejor.
Esta disciplina que hoy se abre paso de manera frontal en el mundo, tiene la particularidad de que se ha dejado acompañar por otros métodos y herramientas que sirven para mejorar la conducta humana, eso en muchos casos la hace más poderosa. Sin embargo, seguro estoy de que un coach será mejor en su desempeño en la medida en que sea un mejor ser, por lo tanto el trabajo que tengo cada día conmigo es mayor.
He decido incrementar el número de personas que acompaño desde el coaching, y desde allí servir y crecer, me encanta ver la gente cambiar y lograr objetivos, y sin hacer milagros, que mis clientes puedan vivir una mejor vida.
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda