En tu función de líder, seguramente has comprendido que tu rol va mucho más allá de dirigir y coordinar; estás ahí para fomentar la transformación, para guiar a tu equipo hacia una nueva manera de hacer las cosas y crear una cultura que refleje cambios positivos. Pero para que esto suceda, debes recordar que no tienes el poder de cambiar a las personas; solo puedes ser un facilitador en su camino hacia su transformación. Aquí es donde entra en juego un concepto que probablemente ya has escuchado: las 5 Leyes del Aprendizaje de Adultos de Robert Pike. Estas leyes te brindan una brújula para conducir el aprendizaje y la transformación en tu equipo.
Veamos cada ley y como aplicarlas en el accionar del líder.
Ley 1: Los adultos son bebés con cuerpos grandes
Como líder, es importante recordar que los adultos no pierden su capacidad de aprender como lo hacían de niños; simplemente, han dejado de usarla con la misma curiosidad y libertad. Esto significa que, al trabajar con tu equipo, necesitas crear un ambiente donde puedan explorar y redescubrir, un entorno que despierte su capacidad innata de aprendizaje. Pero para ello, debes tener claro cómo conectar con ellos a nivel humano. Al realizar un inventario personal, es probable que descubras facetas tuyas, como la empatía o la creatividad, que te ayudarán a fomentar esta apertura al aprendizaje.
Por ejemplo, puedes incorporar actividades que faciliten la experimentación en un ambiente seguro, donde no se penalicen los errores. Cuando les das a tus colaboradores la libertad de probar, se despierta en ellos esa curiosidad olvidada, y con ella se enciende la chispa del aprendizaje. Pero no solo se trata de aprender, sino de hacerlo con una actitud renovada.
¿Estás listo para dar ese espacio, para convertirte en un líder que permita a su equipo aprender como si fueran niños?
Ley 2: La gente no discute con su propia información
Pike nos recuerda que los adultos aprenden mejor cuando tienen la oportunidad de descubrir las cosas por sí mismos. Y como líder, puedes aplicar esta ley al fomentar una cultura de participación activa. En lugar de ofrecer respuestas a cada duda o problema, haz preguntas que inviten a la reflexión y permitan que cada miembro de tu equipo llegue a sus propias conclusiones. Esto no solo fortalece su aprendizaje, sino que los empodera.
Este enfoque es esencial en el liderazgo ecléctico, que no pretende moldear a todos bajo un solo patrón, sino aprovechar lo mejor de cada uno. Como líder, uno de tus recursos más poderosos es tu capacidad para guiar sin imponer. Puedes utilizar ejercicios de reflexión y diálogo para que tus colaboradores conecten su aprendizaje con su propia experiencia. Cuando el equipo llega a sus propias conclusiones, no solo aprenden; están más dispuestos a aplicar esos conocimientos en su día a día.
Ley 3: El aprendizaje es directamente proporcional a la diversión que se tiene
¿Cuántas veces has visto a tu equipo asistir a una reunión solo para cumplir con el requisito, sin realmente comprometerse? La Ley de la Diversión de Pike nos habla de la importancia de crear un ambiente relajado y motivador, donde el aprendizaje se disfrute. No significa que las reuniones y actividades deban ser un entretenimiento sin propósito, sino que deben tener un componente de disfrute genuino.
Aquí, el inventario personal que realizas como líder juega un papel fundamental, porque te ayuda a entender qué es lo que realmente disfrutan. Tal vez descubras que tu equipo ama y disfruta de los debates dinámicos, o quizás prefieren la creatividad de los juegos de rol. Usa esas fortalezas para crear espacios entretenidos y efectivos. Recuerda, un equipo que disfruta mientras trabaja es un equipo que crece con entusiasmo y compromiso.
Ley 4: El aprendizaje no ha ocurrido si el comportamiento no ha cambiado
¿Te has encontrado con personas que asisten a cursos, toman notas y luego, al regresar al trabajo, actúan igual que antes? Esta cuarta ley pone énfasis en el cambio de conducta como indicador real del aprendizaje. Como líder, tu misión es hacer que el aprendizaje se traduzca en acción. Pero para lograrlo, primero necesitas dar ejemplo, y aquí es donde el liderazgo ecléctico se vuelve clave. Un líder que predica con el ejemplo inspira a su equipo a actuar de manera coherente.
A través de tu inventario personal, puedes identificar comportamientos que necesitas ajustar para que tu equipo observe en ti un modelo de cambio. Si quieres que tu equipo sea más colaborativo, comienza tú por fomentar la colaboración. Si deseas que se comprometan con la innovación, muestra cómo puedes salir de tu zona de confort para buscar nuevas soluciones. Pike nos recuerda que el verdadero aprendizaje se refleja en la conducta; asegúrate de que tu liderazgo refleje el aprendizaje en acción.
Ley 5: Nadie sabe cuánto sabe, hasta que le toca contribuir con alguien que no sabe
Esta última ley nos enseña que el aprendizaje alcanza su punto máximo cuando lo compartimos. No solo es una forma de consolidar el conocimiento, sino una manera de fortalecer los vínculos en el equipo y promover una cultura de apoyo mutuo. Como líder, tu rol es fomentar esta transferencia de conocimiento y habilidades. Cuando alguien en tu equipo aprende algo nuevo, anímale a compartirlo y ayudar a otros a comprenderlo.
Además, cuando fomentas que los colaboradores se enseñen entre sí, también estás aplicando el principio de libertad para la autenticidad del liderazgo ecléctico. Cada persona tiene su propio estilo y enfoque; permíteles compartir y enseñar desde su manera de hacer las cosas. Un líder ecléctico no solo permite esta diversidad, sino que la valora y la fomenta. El resultado es un equipo donde todos se convierten en maestros y aprendices, construyendo un ambiente de aprendizaje constante y enriquecedor.
La gran tarea: tu rol como facilitador del cambio
Cuando comprendes y aplicas las 5 Leyes del Aprendizaje de Adultos, te das cuenta de que tu tarea como líder es mucho más que administrar, organizar o dirigir. Eres un facilitador, un puente que conecta el aprendizaje con el cambio de comportamiento y, finalmente, con la transformación de la cultura. No se trata de imponer normas o conductas, sino de facilitar un espacio donde tu equipo pueda descubrir y adoptar las conductas necesarias para un ambiente de trabajo mejor y más eficaz.
El liderazgo ecléctico te invita a iniciar este proceso desde tu propio inventario personal. Porque, al igual que cualquier otro adulto, tú también tienes la oportunidad de aprender y crecer, de ajustar tu conducta para ser un modelo vivo de lo que predicas. No olvides que la mejor forma de inspirar es a través de tu propia transformación. Cuando los demás ven en ti un compromiso genuino con el cambio y el aprendizaje, encuentran en ello una motivación poderosa para hacer lo mismo.
Aplicar las 5 Leyes del Aprendizaje de Adultos requiere autoconocimiento, empatía y, sobre todo, compromiso con la transformación humanan de tu equipo. Como líder, estás en una posición única para ser ese facilitador, ese guía que permite a los demás explorar, descubrir y aplicar lo que han aprendido.
Este es el llamado del liderazgo ecléctico: no lideres desde lo que te falta, sino desde lo que ya tienes, y permite que esa autenticidad sea el motor que inspire el aprendizaje y el cambio.
Te pregunto ¿Conocías las leyes de Robert “Bob” Pike? Y si las conocías ¿Las había interpretado bajo el rol del liderazgo?
Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda