Como líder, muchas veces me he encontrado en situaciones en las que necesito tomar decisiones cruciales, pero antes de actuar, hago una pausa y me pregunto: ¿Con qué cuento? No me refiero a los recursos materiales o financieros, sino a algo mucho más profundo y determinante: el inventario personal. Porque, tal como ocurre cuando empacamos para un viaje, no se trata de llevarlo todo, sino de llevar lo necesario.
Este concepto, que puede parecer sencillo en la vida cotidiana, es en realidad un pilar clave para un liderazgo honesto y que logre verdaderos resultados. Especialmente cuando nos enfrentamos a la gestión de equipos y de personas en organizaciones medianas y grandes.
Imagínate preparándote para un viaje largo. Sabes cuántos días vas a estar fuera, qué tipo de actividades te esperan, y por supuesto, te aseguras de llevar la ropa adecuada. Sería un desastre viajar a la playa con abrigos de invierno o ir a una conferencia de negocios sin un traje adecuado. Y lo mismo ocurre en el liderazgo. Un líder – ecléctico – necesita hacer un inventario de lo que tiene a su disposición antes de emprender cualquier «viaje» o proyecto. Es vital conocer no solo las habilidades y competencias propias, sino también las de tu equipo. El inventario personal es lo que te permitirá estar preparado y actuar con intención, en lugar de ir improvisando sobre la marcha.
Hacer este inventario personal es como revisar tu refrigerador antes de ir al supermercado. Sin un buen inventario, corres el riesgo de comprar lo que ya tienes o, peor aún, olvidar lo esencial. En el contexto del liderazgo, este inventario se traduce en una evaluación consciente de las habilidades, conocimientos, experiencias y, sobre todo, áreas de mejora, tanto de uno mismo como de los miembros del equipo.
Viajar en un Audi R8
El liderazgo ecléctico, que combina lo mejor que cada líder posee, parte de este primer pilar: el inventario personal.
¿Qué habilidades tengo como líder?
¿Cuáles son las competencias de mi equipo?
¿Cómo se complementan?
Esta introspección no solo te permite visualizar mejor el camino, sino también establecer una hoja de ruta clara que te ayudará a alcanzar los objetivos de manera más eficiente.
A menudo, los líderes caemos en la trampa de querer resolver todo de inmediato. Queremos ser visionarios y operativos a la vez, pero esa es una receta para el agotamiento. Hacer un inventario personal es reconocer que no tenemos que tener todas las respuestas, sino que debemos saber con qué contamos para empezar a construir desde ahí. Solo entonces podemos asignar las tareas adecuadas a las personas correctas y hacer que el equipo funcione como el motor de un Audi R8 (Mi auto favorito).
La carretera y el clima: dos variables clave
Liderar no se trata solo de quién eres o qué tienes, sino también del contexto en el que te encuentras. Puedes contar el con el R8 para tu viaje, pero la carretera puede que esté en mal estado y estar lloviendo a cantaros.
No es lo mismo liderar un equipo que va ganando en una competición que uno que está en los últimos lugares. Las circunstancias cambian, y con ellas, la manera en la que debemos aplicar nuestras habilidades. Esto nos lleva a considerar con precisión el contexto.
Un buen líder no solo hace un inventario de lo que tiene, sino que también sabe en qué contexto opera. Es como si fueras un chef: aunque tengas todos los ingredientes necesarios para hacer un plato, el resultado final dependerá de las condiciones en las que cocines. ¿Tu restaurante está lleno y necesitas rapidez, o puedes tomarte el tiempo para crear algo elaborado? En el liderazgo ocurre lo mismo: no puedes liderar de la misma manera en todas las situaciones. Un equipo de ventas no requiere el mismo tipo de liderazgo que un equipo de investigación y desarrollo.
Aquí es donde entra en juego la distinción entre causas y consecuencias. Como líder, tienes que saber cuándo liderar las causas, es decir, los factores que puedes influenciar y cambiar, y cuándo gestionar las consecuencias, las cuales requieren acción inmediata.
Si tu equipo no está cumpliendo con los plazos, esa es una consecuencia que necesita una solución rápida. Pero si la causa de esa ineficiencia es la falta de formación o recursos, entonces tu rol es liderar un cambio estructural que aborde la raíz del problema.
Estas 2 claves del liderazgo necesario
Cuando combinas el inventario personal con un análisis consciente del contexto, puedes adaptarte mejor a las circunstancias cambiantes. Este enfoque holístico te permite ser más flexible y eficaz en tu liderazgo. Es como si estuvieras armando un rompecabezas: conoces las piezas que tienes (el inventario) y también el marco en el que estás operando (el contexto). Solo entonces puedes tomar decisiones informadas que te lleven hacia el éxito.
El inventario personal no solo se trata de reconocer las fortalezas y debilidades, sino también de entender cómo esas características encajan en el contexto específico en el que lideras. Esto es crucial para cualquier gerente de recursos humanos, director de capacitación o gerente general.
No puedes simplemente aplicar una fórmula de liderazgo que funcionó en un entorno completamente distinto. Necesitas entender qué está impulsando a tu equipo, qué los está frenando y qué puedes hacer para llevarlos al siguiente nivel.
Ahora que hemos visto la importancia del inventario personal y del contexto, es esencial preguntarnos cómo podemos aplicar esto en el día a día como líderes y gerentes. Aquí es donde comienza el trabajo real. No se trata solo de hacer un ejercicio de reflexión, sino de implementarlo de manera práctica.
Primero, recomiendo tomarte el tiempo para hacer un inventario personal formal de tus habilidades y las de tu equipo. Evalúa cuáles son tus puntos fuertes, qué áreas necesitan desarrollo y qué recursos adicionales podrían ser útiles. Luego, observa el contexto en el que te encuentras.
¿Qué desafíos específicos enfrentan tu industria y tu organización?
¿Cómo puedes liderar para influir en las causas de esos desafíos?
¿Cómo puedes gestionar las consecuencias de lo que ya está ocurriendo?
En segundo lugar, usa este inventario para diseñar estrategias a largo plazo. Por ejemplo, si identificas que tu equipo carece de ciertas habilidades clave, invierte en formación y desarrollo. Si te das cuenta de que estás asumiendo demasiadas responsabilidades operativas, delega más tareas a las personas adecuadas en tu equipo.
Finalmente, revisa y ajusta tu inventario personal de manera regular. Las circunstancias cambian, las personas crecen y evolucionan, y las necesidades de tu equipo también lo hacen.
Un inventario personal estático no será útil en un entorno dinámico. Al igual que revisas tu refrigerador antes de ir al supermercado, debes revisar tu inventario personal de manera constante para asegurarte de que tienes lo que necesitas para liderar eficazmente.
Liderar es un viaje, y como tal, debemos prepararnos con el equipaje adecuado. Cuando aprendemos el arte de viajar en grupo, y liderar a los viajantes, tenemos la vivencia para desarrollar un liderazgo ecléctico y adaptable, que no solo responde a las circunstancias, sino que también las anticipa y transforma.
Así que, si eres gerente, director o líder de cualquier tipo, te invito a hacer tu propio Inventario Personal. Reflexiona sobre quién eres, qué tienes y cómo puedes usar esos recursos para liderar de manera más consciente y efectiva. Y desde mi corazón te deseo: buen viaje.
Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda